domingo, septiembre 26, 2004

Somos un mismo cuerpo

Mejor es el fin del negocio que su principio; mejor es el sufrido de espíritu que el altivo de espíritu. Eclesiastés 7.8
En el cuerpo de Cristo tenemos de todo, hermanos amorosos, hermanos impetuosos, hermanos que no saben contener el murmullo de sus labios. Es difícil decir si su corazón esta envuelto en el chisme o si el demonio tiene que ver con sus palabras. He escuchado decir “no siempre el demonio tiene toda la culpa” a veces somos nosotros mismo y nuestra naturaleza pecaminosa la que actúa en contra nuestros hermanos, contra nosotros mismos y peor aun - contra Dios.

Los últimos meses han sido sumamente estresantes para mí, ya que una hermana de la iglesia decidió levantarse en mi contra.

Pasemos lista: yo no tengo ningún ministerio, no tengo posición en la iglesia, pero, aun así esa persona se levanto fuertemente en mi contra, levantando calumnias y repartiendo chismes de que hice yo cuando andaba en el mundo sin Cristo como bandera. Ella llego al cuerpo de Cristo mediante su hija y su hija mediante a mí. Es algo alarmante, pero cierto. Esta persona se ha dado la tarea de contar asuntos míos, que algún día escucho por pedazos y decidió soltar lo que mas le convenía para formar chismes, pero como Dios no soporta el chisme y todo es revelado, sus palabras llegaron a mis oídos con nombre y apellido ‘Ella’ al principio me alarme y le decía al Señor
Es que no me quieres aquí, será que deseas que yo me vaya devuelta al mundo
fueron momentos muy frustrantes. Es difícil cuando quieres caminar en Cristo puestos tus ojos en el y su cuerpo ‘tus hermanos’ te maltratan.

Un día llame a mi pastora y le conté con lagrimas en mis ojos lo frustrada que me sentía, lo herida y al final lo único que sentía era, que las personas Cristianas son malas, como es posible que después de convertirte a Jesús tus labios destilen carroña en contra tus hermanos en Cristos, aquellos que como tu han tomado una decisión de salir del mundo para servir al único verdadero Señor de señores.

Bien… La semana pasada, recibí una llamada de esa misma personas, dándome unas informaciones y para la Gloria de Dios aprovecho para pedirme perdón por ‘lo que sea’ que me hubiera hecho, ya que estoy alejado de ella y su hija. Perfecto – que mejor momento para informarle lo que había llegado a mis oídos. Ella se sintió muy mal y después de tirar al piso la reputación de ‘la persona que me había contado todo’ me pidió perdón. Eso me hizo sentir muy bien, no por su pena, ni por su excusa, sino porque Dios tiene cuidado de todo, mi gemir fue contestado, no fui despreciada por El ni echada a un lado. También recibí algo muy importante:
muchas personas se convierten a Cristo y dejan de andar en el mundo, pero su corazón no se convierte
aparentemente, tiran a la calle su librito negro, sus pasados contactos, y deciden hacerse nueva vida en el ‘Cuerpo de Cristo’ pero entran con el mismo corazón.

Tomar la decisión de vivir con Cristo y para Cristo es la decisión mas bella que podemos tomar en nuestras vidas, lo mas importante después de esto es saber que somos parte de un cuerpo, que cuando la Biblia dice que somos parte del cuerpo de Cristo, mejor nos cabe creerlo. Tu mano no golpearía una herida que te hiciste en un pie. El cristiano debe de respetar a su hermano, cuidarlo, levantarlo y soportarlo.

En conclusión, esa persona y yo nunca mas volveremos a ser amigas, pero se que Dios tiene cuidado de todo y que como ella me hizo a mi, nunca quiero hacerle a otro. Debo de amarla y cuidarla, pedir en oración por ella y los suyos, rogándole a Dios en todo momento que la levante y que vele para que en nuestra congregación termine el chisme y la contienda.
Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. Santiago 1.26
Grandes cosas ha hecho el Señor, nos alegraremos en el!

No hay comentarios.: