arent we all...
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Muchos de nosotros los redimidos de Dios pasamos gran parte de nuestras vidas intentando limpiarnos del pecado pasado, de aquello que nos alejo de Dios o de aquello que hacíamos con tanto deseo allá en el mundo. Nuestro sentimiento de culpabilidad es tan grande que aun reflejamos el comportamiento de nuestro antepasado Adán. Cuando Adán y Eva comieron de la fruta prohibida se escondieron de Dios sintieron vergüenza porque estaban denuedos, se apartaron ellos mismos por la realización de que habían pecado; mientras que se nos repite una y otra ves: Cristo murió por ti, Cristo fue el sacrificio perfecto, ya las cosas viejas pasaron y todas las demás son echas nuevas, somos libres de acusación, libres de ser llamados pecadores, porque a quien el hijo libertare será verdaderamente libre!
El pensamiento de aquel que aun se considera inmundo es de siervo, no mira a su señor a los ojos sino que se acerca con vergüenza y no busca el corazón de su señor por miedo a recibir rechazo. Pero el hijo se acerca en total plenitud hacia su padre, sabiendo que le hay y que si toca se le abrirá y entrara y compartirá con su él, porque si nosotros que somos malos le damos de comer a nuestros hijos cuando tienen hambre cuanto mas Dios que es toda misericordia y amor.
Es tiempo de ser hijos de Dios y no siervos, es tiempo de ser discípulos y no ovejas. Es tiempo de encargarnos de los negocios de nuestro Padre que esta en los cielos, es tiempo de recoger la mies y amontonarla sabiendo que nuestro Padre de Gloria tiene nuestra herencia a su lado.
Y cual es su herencia?
Su amor.
Porque después de caminar en este mundo, viendo solo de lejos y borrosamente lo perfecto que es Dios, y viendo su justicia y protección obrar en nuestras vidas cada día de tu vida, solo nos queda anhelar llegar a El, alcanzarlo, abrazarlo y decirle...Abba Padre!
Porque Él es tu verdadero Padre, El te pensó, te ideo y dispuso tus obras desde antes de la fundación del mundo.
Por mucho tiempo yo viví
En la orilla sin saber
Que existía la profundidad
Por tanto tiempo yo pensé
Que todo se detuvo aquí
Y que no hay nada más allá
Hasta que esa voz oí
Que me dijo levántate
Y te mostrare lo que tengo para ti
Alza tus ojos
Tan lejos como puedas ver
Dios te ha dado el poder
De ver más allá para vencer
Alza tus ojos
Y mira a tu alrededor
La promesa esta a tu lado
Justo ahí
Levanta tus manos porque dios
Confía en ti
Desde entonces no es igual
Ahora se lo que es real
No quiero volver atrás
Ahora soy un vencedor
Su promesa me alcanzo
ahora se por que luchar
Desde que esa voz oí
Que me dijo levántate
Y te mostrare lo que tengo para ti
Letras de: jose luis reyes
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